miércoles, 29 de abril de 2020

Etodiversidad, una nueva excusa

Muchos estaréis cansados de leer u oír la palabra "biodiversidad" - Dichosa palabrita... -. En la televisión, en la radio, en el periódico, ¡e incluso en Twitter o Instagram! Los estudiantes de biología sabemos mucho de eso... Sabemos que cualquier asignatura de la carrera, en la mención de ciencias ambientales, empieza con la dichosa preguntita: ¿Qué es la biodiversidad?
Pero lo cierto es que, aunque podamos estar cansados de oírla, es una palabra que debería estar hasta en la sopa y que tendríamos repetir hasta la saciedad, pues todavía no ha sido dicha tantas veces como se merece.

Para hacernos una idea de la magnitud de la palabra "biodiversidad", sólo tenemos que darnos cuenta de que ha sustituido, en numerosas ocasiones, a la palabra "naturaleza". Biodiversidad, por tanto, es un concepto tan amplio como lo es el concepto de naturaleza, tan amplio que abarca otros que ya de por sí son integradores. Tal es su capacidad, que se ha denominado en ocasiones como "metaconcepto". Sin embargo, el concepto y el término en sí, nacieron hace relativamente poco tiempo, a partir de una apariencia más austera y un significado menos integrador. Durante todo el siglo XX, los expertos utilizaban las palabras "diversidad biológica" para referirse al número de organismos presentes en un ecosistema como un mero aparato de medida para la riqueza de especies. El nacimiento de la palabra "biodiversidad" tuvo lugar en octubre de 1986, cuando se celebró una conferencia en Washington sobre conservación, en la que se empleó como título. Pero el clímax se alcanzó más tarde, en 1988, cuando vio la luz la obra Biodiversity de Edward O. Wilson (ver Figura 1.), entonces el recién nacido concepto recibió las carantoñas de toda la sociedad conservacionista.

Figura 1. La impactante portada de Biodiversity (Wilson, 1988) fue también uno de los carteles que anunciaban el foro de 1986. Original: Óleo sobre lienzo. Autor: Robert Goldstrom. Fuente: The National Academy Press. 

Es interesante mencionar, que Walter G. Rosen, a quien se le atribuye la idea de la palabra, al ser entrevistado declaró:

"It was easy to do: all you do is take the 'logical' out of 'biological' [...] To take the logical out of something that's supposed to be science is a bit of a condraction in terms, right?"

La biodiversidad es comprendida a través de tres frentes o dimensiones: 1) la diversidad genética o intraespecífica (variedad de configuraciones genéticas interindividual), 2) la diversidad específica o sistemática (variedad de especies identificables) y 3) la diversidad ecosistémica (diversidad de hábitats y las comunidades de organismos que las constituyen). Además, se aborda desde distintos niveles: genético, poblacional, específico, de comunidades y ecosistémico. Pero que no os confunda la jerga. El concepto de biodiversidad, aún hoy, no está completo. Incluso habiéndose celebrado en 1992 el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de Río de Janeiro la biodiversidad, donde se acordó definir la biodiversidad como "la complejidad y variedad de la vida en todos sus niveles de organización", yo todavía no conozco bien a esa tal "biodiversidad".

No solo CDB se ha esforzado por unificar todas las definiciones de biodiversidad y aclarar este desbarajuste. Existen libros enteros dedicados a desentrañar el concepto. Es igual. El término todavía, tiene muchas acepciones; tantas como personas se han atrevido a definirlo - Bueno... No tantas... En realidad son 14 (van Dyke, 2008), 23 (Takacs, 1996) o algo así -. Aunque tal cantidad de variantes parezca algo bueno, porque es un reflejo del gran interés que existe por lo la vida, lo ideal sería ponerse de acuerdo. Clarificar y precisar este concepto es esencial para definir con precisión las pautas de actuación y los esfuerzos de conservación necesarios para evitar la pérdida de biodiversidad.

Lo cierto es que, aunque esta situación está mejorando, nuestra relación con la biodiversidad y nuestro conocimiento de la misma es aún muy rudimentaria. Tanto es así que hemos estado ignorando una de sus dimensiones más atractivas y carismáticas: la etodiversidad. La etodiversidad se define como "la diversidad de patrones de conducta o comportamientos existente en los tres niveles fundamentales de la vida: individual, poblacional y ecosistémico" (Cordero-Rivera, 2017).
Precisamente el comportamiento, en todas sus formas de expresión y en cualquier organismo, es uno de los aspectos de la vida más llamativos para el público en general y que más se han explotado en los documentales y programas de televisión. ¿A quién no le atrae la idea de un comportamiento extravagante por diferenciarse de aquellos más cercanos? ¿A caso la presencia de esta conducta en un ecosistema no le hace más diverso, más deseable, y, por tanto, susceptible de ser protegido? Para bien o para mal, lo llamativo es lo que vende. Es el clickbait de la biodiversidad. Al igual que lo suave y peludito. Pero en lugar de tratar este aprecio asimétrico como un problema, se puede utilizar en favor de la conservación, de forma similar a como se emplean las especies paraguas. Estos organismos, aunque parezca frívolo, son la excusa convincente que usan los conservacionistas para proteger aquellos hábitats, ecosistemas y comunidades de los que forman parte. Se trataría pues de conservar en cascada, de menos a más. Por ejemplo, si resulta que en las Islas Cíes, la salamandra (Salamandra salamandra), exhibe hábitos diurnos en la Isla de San Martiño, y hábitos nocturnos en la Isla de Ons (como es normal es la poblaciones peninsulares y en la especie en general), ¿no sería este un buen motivo para conservar, no sólo la salamandra, sino también su entorno? (ver Figura 2.).

Figura 2. (a) Una salamandra de la Isla de Ons da un paseo nocturno. (b) Su prima de la Isla de San Martiño prefiere las rondas mañaneras(foto tomada a las 11:21 A.M.). Preferencias que parecen estar motivadas por la depredación. Autor: Adolfo Cordero-Rivera. Fuente: modificado de Velo-Antón & Cordero-Rivera, 2017.

Fuentes bibliográficas:
  • Cordero-Rivera, A. (2017) Behavioral diversity (ethodiversity): a neglected level in the study of biodiversity. Frontiers in Ecology and Evolution, 5: 1-7. DOI: doi.org/10.3389/fevo.2017.00007
  • Swingland, I. R. (2001). Biodiversity, Definition of. Encyclopedia of biodiversity. Vol. 1. 377-391. Academic Press. PDF. 
  • Van Dyke, F. (2008). Conservation Biology. Foundations, concepts, applications. Springer, Berlín.
  • Velo-Antón, G. & Cordero-Rivera, A. (2017). Ethological and phenotypic divergence in insular fire salamanders: diurnal activity mediated by predation? Acta Ethologica, 20: 243-253. DOI: doi.org/10.1007/s10211-017-0267-2
  • Takacs, D. (1996). The idea of biodiversity. Philosophies of paradise. The Johns Hopkins University Press. Baltimore and London.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo dijo el mero

Las plantas inferiores

Los briófitos son, sin lugar a duda, las "plantas inferiores" por excelencia, Son los organismos vegetales que menos atención han...